Añoro el aire fresco de tu brisa
donde tu pelo prestado se enmaraña.
El huracán que, con idas y venidas,
provocan tus pestañas.
Me encontré al fin en tus ojos
y en mis brazos las heridas.
Medallas a tu antojo
de mil batallas perdidas.
Y el aroma de tu piel
aun recubre mis recuerdos.
Y si te pierdo en el ayer
y mañana no te encuentro
al menos me quedará el saber
que fuiste mía un momento.
Adrián Gª Escudero.
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