Bajo el influjo de tu
luna llena
cultivando en tus ojos
madre tierra,
oscurecida por la noche
de tu melena
el eco de tu voz mi casa
encierra.
¿Qué clase de sortilegio
has hecho?
Un tatuaje en mi memoria
es tu nombre,
fragancia sutil que
embriaga mi lecho.
Desde hace más de un
lustro me hiciste hombre.
Ocultando mi nombre y tu
figura
aprendí de memoria esa
escultura
donde escondías tus artes
de bruja:
Cueros marcados, muertes
placenteras,
noches pálidas, juegos de
caderas...
A este abismo tu recuerdo
me empuja...
Adrián Gª Escudero.
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