¿Te
cansaste ya, gitana,
de
recorrer este camino?
¿Ofrece
este sendero
sólo
unos pies fríos?
El
deseo y la ilusión
dejaron
de ser tu abrigo.
Se
agolpó en tu espalda
el
tiempo y el hastío.
El
brillo de tus ojos,
aquellos
ojos mendigos,
del
olor del clavel
al
metálico sombrío.
A
las puertas de tu casa
al
viento maldigo
pues
no se reflejarán mis ojos
en
las aguas de tu río.
En
noche de cuarto menguante
desapareciste
del recorrido.
Te
fuiste sin el perro,
aquél
que era mío.
Te
cansaste ya, gitana,
de
recorrer este camino.
Ofrece
este sendero,
sólo
unos pies fríos...
Adrián Gª Escudero.
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